OS MUTANTES EN VIVO EN LONDRES

OS MUTANTES EN VIVO EN LONDRES por Álvaro Soffia Serrano

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Barbican Hall, Londres (www.barbican.org.uk)
Lunes 22 de mayo de 2006, 19.30 hrs.
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Uno de los colaboradores más esporádicos e intermitentes de Fenelón, nos envía como primicia una crónica sobre el primer concierto que dieron OS MUTANTES en más de 3 décadas y que tuvo lugar el pasado lunes 22 de mayo en el Barbican Hall de Londres.

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Todo partió hace un mes y medio. Un día cualquiera, hojeando el periódico de atrás para adelante (para llegar antes a las secciones de cultura y deportes), me detengo ante una noticia que me deja atónito. No acierto a dar crédito a lo que leo y no tengo nadie cerca como para compartir este notición: OS MUTANTES se reunirán para dar un concierto en Londres, en el marco de un festival que el centro cultural Barbican dedica a Tropicalia.

Retomando aire, decido, en un acceso obsesivo-compulsivo delirante, que tengo que ir, que será un momento histórico y que un fanático de los Mutantes, como soy, debe aprovechar la posibilidad de asistir a este concierto y de paso conocer un poco la ciudad… Entré a la página del Barbican, compré el ticket, compré el billete de avión y reservé un hostal, lo más barato posible. Nunca me arrepentiré de haber cometido tamaña irracionalidad (aunque la mañana siguiente me dolía el bolsillo). Al contrario, tengo algo que contarle a los nietos. Pero bueno, tampoco se trata de darles la lata con lo que significó para mí este concierto, irá saliendo solo, pero se los puedo resumir de una buena vez: fue una experiencia memorable, bailada, cantada, llorada, reída, aplaudida, sentida a concho...

Era cierto, el clima de Londres es deprimente, pero la gente no hace caso, está acostumbrada y en general la percibí de buen humor. Es primavera, no hace mucho frío, está nublado, llueve todos los días... Pero da lo mismo, la actitud de esta ciudad es potente y te contagia. Dedico algunas horas al día a peregrinar por los maravillosos museos de Londres, incluyendo aquel donde exhiben todos los tesoros que se han robado (al menos la entrada es gratuita), me refiero al British Museum, donde tienen desde los frisos del Partenón a tesoros del Oriente más ignoto. El resto del día, vagabundear por ahí y por allí. Mención especial para Camden Town, un barrio repleto de tiendas de moda alternativa, especializadas en implantar nuevas tendencias, algunas de ellas rarísimas, como una que ofrecía ropa mezcla de animaciones japonesas y los supersónicos, incluyendo aplicaciones con pantallas en camisetas, mucha tinta fluorescente y accesorios extravagantes...

Así pasé un par de días, hasta que llegó el lunes 22 de mayo de 2006 y el día giró en torno a lo que sería el concierto. Tras dedicar la mañana a otro museo, comer algo y beber un poco de ron, me dirigí al Barbican Centre, un centro cultural enorme, muy moderno, en un entorno ultra urbano, donde sus fuentes de agua vienen a significar un remanso de calma. Al interior, mucha agitación, gente entrando a las diversas salas de teatro, cine y exposición dedicadas a Tropicalia; y esperando la hora del regreso de Os Mutantes tras 33 años, la guinda de la torta que cerraría el festival “Tropicalia. A revolution in Brazilian culture”. La exposición principal estuvo dedicada a este movimiento cultural que redefinió el arte, la política, la música y la moda en los años 60 y después. Contó con más de 250 objetos en exhibición, entre los que estaban portadas de discos, la moda, posters, documentales, publicidad, libros, obras de teatro y presentaciones en la televisión. En la muestra se recrearon también Tropicalia y Edén, dos de las más importantes instalaciones del Hélio Oiticica, de fuertes vínculos con la naturaleza. El festival se desarrolló entre febrero y mayo de este año y en él se proyectaron más de veinte películas y documentales, hubo más de una docena de talleres y conferencias y, por supuesto, tuvieron lugar presentaciones de toda la pléyade de músicos que dieron vida a Tropicalia en 1968: Caetano Veloso, Gal Costa, Tom Zé, Gilberto Gil y Os Mutantes.

De la formación original de éstos últimos, faltaron a esta cita la cantante Rita Lee y el bajista Liminha, al parecer demasiado atareados en sus asuntos actuales, lo que nos les habría permitido dedicarse a revivir a los Mutantes, algo que ciertamente requería mucho trabajo. Pero yo no me lo trago, pienso que Rita Lee debe tener otras razones para no estar, pero no las sabemos, ni las sabremos todavía. Se dice que su separación de Os Mutantes se debió a líos de faldas con los hermanos Baptista, y tal vez allí esté la explicación. Eso sí, es justo señalar que el grupo contactó a ambos, especialmente a Rita Lee, quien declinó la invitación por las razones señaladas.

Y así, casi sin darnos cuenta, llegó la hora del concierto. La noche fue abierta por unos invitados pernambucanos contemporáneos, hablo de la potencia de Naçao Zumbi, quienes lograron contagiar al público a lo largo de la hora que ocuparon el escenario. Encendieron los ánimos con su actualísima fusión de rock y percusiones afro, funk, neo-psicodelia, electrónica, batucadas y letras rebeldes, con una tendencia a las distorsiones vocales muy parecida, y distinta a la vez, a lo que hicieran en su momento Os Mutantes. Luego, la pausa, el intermedio, ya quedaba poco para el concierto histórico.

He de reconocer que el retraso en la puesta a punto de los equipos sobre el escenario no contribuyó precisamente a calmar la ansiedad previa. La espera se hacía eterna y por más que tratara de acortarla bebiendo cerveza Brahma y saliendo cada dos por tres a fumar bajo la lluvia londinense, los nervios, la excitación, no me abandonaron hasta que se abrieron las puertas y comenzó el concierto. Para ser sincero, la presencia por largos minutos de tres técnicos intentando en vano dar con la conexión precisa para hacer funcionar la amplificación de la guitarra de Sergio Dias no hacía sino aumentar el nervio, las ganas de que esto comenzara de una buena vez. Los técnicos se dieron por vencidos e hicieron venir al mismísimo Sergio Días, que por fin pudo hacer que todo quedara dispuesto para comenzar. El que sabe, sabe.

“Hemos esperado más de treinta años”, dijo un Sergio Dias vestido de mosquetero al comenzar a sonar los primeros acordes de Os Mutantes en más de tres décadas. Al descubrir que la segunda canción que tocaban era Caminhante Noturno, se produjo la liberación, el estallido en lágrimas de alegría, con la cabeza entre las manos, mirando al frente, como no pudiendo creer lo que estaba vi-viendo. El resto fue un deleite constante y sin pausas. La masiva presencia de brasileros en una sala repleta (más de tres mil personas) propició un modo de disfrutar el concierto mucho más relajado, tomándonos la libertad de ponernos de pie, cantando cada una de las canciones que me sabía (y descubrí que no eran pocas) y bailar... bailamos, como locos felices, sin importar la frialdad del público europeo, sentado, acostumbrado a presenciar cosas que para nosotros tienen un valor mucho más fuerte.

Os Mutantes optaron por los arreglos originales, sustituyendo las orquestaciones más complicadas por grabaciones o samplers, como en Dom Quixote, y conservando las armonías vocales, uno de los puntos fuertes del grupo. Sergio Dias lideró la banda y demostró porqué era considerado el mejor guitarrista de su generación, luciéndose en algunos solos. Su hermano Arnaldo (Dias) Baptista, se mostró un poco más discreto, cantando sentado al teclado, aunque se le veía muy feliz de estar ahí. Mención aparte para los grandes momentos alcanzados con las distorsiones vocales más sicodélicas de la noche. A medida que el grupo se relajaba, el público se animaba más y más. El delirio llegó con Ando meio desligado, Bat Macumba, A Minha Minina y Panis et Circenses, con todo el público de pie, algunos bailando, cantando... al ritmo de la “maior banda psicodélica de todos os tempos”.

El difícil encargo de cubrir la ausencia de Rita Lee fue encomendado a Zélia Duncan y hay que decir que salió más que airosa. Si bien carece del carisma de “Rita Superstar”, de la diva de la psicodelia tropicalista, de la ex Tutti Fruti (su disco Fruto Prohibido está considerado entre los mejores discos de rock brasilero de todos los tiempos); si bien se notó un poco nerviosa, tensa, durante algunos pasajes, la verdad es que consiguió que el público no prestara mayor atención a la sensible ausencia de Rita Lee, aportando lo justo, integrándose más con los músicos que con el público. Hay que reconocer que cumplió con una tarea muy pesada. Ella no es Rita Lee y no intentó serlo. Bien. Se ganó el respeto de la gente, nadie gritó “Rita” y Zélia fue aplaudida.

El repertorio del show se concentró en la época “clásica” de Os Mutantes, la época más psicodélica, de 1968 a 1972, antes de la partida de Rita Lee y las incursiones por el rock progresivo. De la veintena de canciones que tocaron, la mayoría provino del álbum Technicolor, grabado en inglés en Francia en 1970 y lanzado tan solo en el año 2000.

Las memorables canciones que nos regalaron fueron: Dom Quixote, Caminhante Noturno (lágrimas incluídas), Ave Genghis Khan (parapa pa pa papapa!!!), Balada do louco (más loco es quien me dice que no soy feliz!), Ave Lucifer (uuuuuf), Virginia, El Justiciero
(con una broma lanzada por Sergio, diciendo que el primer ministro británico Tony Blair debería llamar al “justiciero” Bush para acabar con el crimen en el Reino Unido), A Minha Minina (muy conocida por el público local, gracias a una reciente versión de The Bees), Baby (el clásico de Caetano Veloso, inmortalizado por Os Mutantes en 1971), I feel a little spaced out (Ando meio desligado), Cantor de Mambo, Le premier Bonheur de Jour, Bat Macumba (con Devendra Banhart), Mutantes E Seus Cometas No País Do Baurets, Cabeludo Patriota (título original de “A Hora e a vez do cable nacer”, censurado en 1972), Desculpe Babe, Panis et Circenses, Quem Tem Medo de Brincar de Amor, Technicolor, Top Top, Dia 36…

El compositor y cantante Devendra Banhart, uno de los íconos del neofolk y uno de los más entusiastas seguidores del grupo, se puso en contacto con los organizadores del festival (Barbican) y, según contó Sergio Dias, les dijo que quería hacer cualquier cosa con tal de estar con ellos, aunque fuese trabajar de roadie… Y vaya que le hicieron caso, porque consiguió ser invitado a subir al escenario (en principio se dijo que iba a cantar El Justiciero, pero cantó Bat Macumba). Parecía un niño, saltando como un loco, moviendo su cabellera jipi como un poseso, demasiado colocado o simplemente no pudiendo dar crédito a lo que (le) estaba pasando.

Os Mutantes sonaron de perlas, manteniendo el carisma que los ha hecho inmortales. Hay que destacar que el esfuerzo por reproducir el sonido de los 60 resultó perfecto, aunque ellos habían advertido de las dificultades que tuvieron para ello, dado que muchos de los equipos que usaban antaño, hoy no se encuentran más. Y es que no era un detalle menor, si pensamos que uno de los aspectos distintivos y emblemáticos de los Mutantes fue siempre ese empeño en crear ingenios sonoros. De todas formas, el grupo contó con una numerosa banda de apoyo: Simona Soul (percusiones), Vinicio Junqueira (bajo), Enrique Peters (teclado), Vitor Alexandre (multiinstrumentista), Fábio Reco e Esméria Bulgari (coros).

Próximos conciertos de OS MUTANTES
Atençao!! Tras el exitoso concierto en Londres, la semana pasada, aprovecho para informar que la banda ha confirmado dos presentaciones en Estados Unidos: el 21 de Julio en Nueva Cork (Webster Hall) y el 23 de Julio en Los Ángeles (Hollywood Bowl), donde tocarían con Flaming Lips y Thievery Corporation.

Con la locura que han desatado gracias a su reagrupación, con toda la expectación y atención mediática que han conseguido, se espera que confirmen un concierto en su Brasil natal, pero hasta la fecha no hay novedades al respecto. Tengo la intuición (o el deseo) de que algo así como la “presión popular” hará que Rita Lee acepte tocar con la banda, aunque tan solo sea una vez. Vamos RITA, un par de canciones, hazlo por nosotros!!

ÁLVARO SOFFIA SERRANO
Barcelona, 2 de junio de 2006

Para más información pueden visitar:
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